(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 2 de Agosto de 2008)
La otitis media supurada afecta al 28-38%
de los niños en edad preescolar. Su causa principal es una disfunción de
la trompa de Eustaquio originada por un desarrollo anómalo de la misma;
otros factores como hipertrofia de vegetaciones adenoideas, trastornos
inmunológicos, genéticos, reflujo gastroesofágico o rinosinusitis
también se han implicado. El aumento de tamaño de las vegetaciones
adenoideas, estadios III y IV de la clasificación radiológica de Brodsky,
se ha relacionado con obstrucción del orificio faríngeo de la trompa es
un factor que tradicionalmente ha cobrado gran importancia en la
etiopatogenia de las otitis supuradas de repetición. Sin embargo, según
se desprende de Renata Di Francesco, Bruno Paulucci, Claudio Nery, and
Ricardo Ferreira Bento.
Craniofacial morphology and otitis media with
effusion in children. International Journal of Pediatric
Otorhinolaryngology 72 (8):1151-1158, 2008; el desarrollo
anatómico de la trompa de Eustaquio y su funcionalidad correcta dependen
del crecimiento y desarrollo craneofacial; de hecho la medición del
desarrollo de diversos parámetros craneofaciales pueden predecir la
mayor o menor predisposición a la otitis.
Los autores valoran la presencia de
otitis en niños de 5 a 10 años y la relacionan con los valores de
diversas distancias y ángulos cefalométricos. Existen 7 parámetros que
resultan estadísticamente significativas:
-
Distancia entre nasión (N) y selar (S) acortada.
-
Distancia entre gonion (Go) y mentón (Me) acortada.
-
Altura facial superior acortada: distancia N-ANS.
-
Longitud del maxilar acortada: distancia ANS-PNS.
-
Faringe inferior acortada: distancia Vaia-Vaip.
-
Ángulo facial aumentado: Ba-N - Ptm-Gn.
-
Profundidad facial aumentada: ángulo Po-Or - N-Po.
La
duración de la lactancia materna es uno de los factores que se ha
relacionado con protección de los episodios de otitis; este efecto protector
se ha implicado con la transferencia pasiva desde la madre al niño de
anticuerpos frente a los patógenos habituales. Parece que la lactancia
materna tiene además influencia sobre el desarrollo craneofacial del niño y
por consiguiente en el normal funcionamiento de la trompa de Eustaquio; al
permitir un mayor desarrollo de los músculos orofaciales. En general, se
podría aducir que un escaso desarrollo vertical de la cara podría
relacionarse con mayor frecuencia de otitis y una mayor disfunción de la
trompa de Eustaquio; en este sentido los cráneos braquicéfalos tendrían una
predisposición mayor a desarrollar otitis.
Dr. José Uberos Fernández
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