(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 24 de Marzo de 2009)
La existencia de masas palpables en el
cuello es un hallazgo clínico frecuente. Para su diagnóstico son
importantes tanto una meticulosa anamnesis como la confirmación
anatómica de su localización y de su naturaleza sólida o quística; ya
que la mayoría de las lesiones quísticas en el niño son de tipo
congénito. En el diagnóstico diferencial de las masas en el cuello se
deben considerar siempre la edad del paciente y la localización de la
lesión. En K. T. Wong, Y. Y. Lee, A. D. King, and A. T. Ahuja.
Imaging of cystic or cyst-like neck masses.
Clin.Radiol. 63 (6):613-622, 2008; se revisan los aspectos
mas destacables en el diagnóstico diferencial de las lesiones nodulares
del cuello.
Localización submentoniana. En
esta localización habitualmente se identifican dos lesiones: el quiste
dermoide y la ránula.
1, Quiste dermoide. Es el mas frecuente
de los teratomas de cabeza y cuello. Histológicamente en esta
localización se caracteriza por contener 2 líneas celulares
germinativas. Se localiza en el suelo de la lengua en la profundidad de
los músculos milohioideos. La secreción sebácea que se origina en su
interior produce un lento crecimiento de la lesión. Ecodráficamente se
puede confirmar su naturaleza quística, aunque por la presencia de
material celular en el seno del quiste se puede identificar una
naturaleza seudoquística. La presencia de material óseo y cartilaginoso
en su seno puede ser causa de una ecogenicidad variable.
2. Ránula. Es una retención quística de
moco resultado de la obstrucción de las glándulas salivares o de sus
conductos. Existen dos formas, la ránula simple que invariablemente
implica a la glándula salivar sublingual; se puede identificar en este
caso un nódulo en la profundidad del suelo e la lengua; histologicamente
se trata de un quiste rodeado de una línea celular epitelial. La ránula
complicada, supone la evolución de una ránula simple con ruptura y
extensión del material mucinoso en el intersticio de los músculos
milohioideos. Por ecografía la ránula se muestra siempre como una lesión
unilocular, de paredes bien definidas, en localización submentoniana,
anatómicamente relacionada con la glándula sublingual.
Región
media del cuello. En esta localización deben considerarse como
posibilidades diagnósticas el quiste tirogloso, tiroiditis supurativa aguda
y el quiste tiroideo y quiste tímico.
1. Quiste tirogloso. En la 3ª-4ª semana de
vida fetal el primordio de tiroides desciende desde la base del cuello a la
región media y anterior del cuello a través del conducto tirogloso que
involuciona en la 8ª semana de vida. Su persistencia, en su totalidad o de
una porción de él se relaciona con patologías como son el tiroides ectópico
o el quiste tirogloso. Hasta un 65% de los quistes tiroglosos son de
localización infrahioideos, el resto pueden ocurrir a nivel de hioides o son
suprahioideos. Las lesiones habitualmente se presentan como una lesión no
dolorosa en línea media de cuello, que puede infectarse y fistulizar en
piel. La ecografía nos descubre una lesión quística con ecos internos muy
heterogéneos, probablemente por los repetidos episodios infecciosos y
hemorrágicos de su interior. En la población adulta un 1% de los quistes
tiroglosos pueden evolucionar a carcinoma papilar de tiroides.
2. Tiroiditis supurativa aguda. Tiene un
predominio en el lóbulo izquierdo y se asocia frecuentemente con alguna
anomalía del 4º arco braquial. Se presenta con dolor, inflamación a nivel
tiroideo, fiebre y odinofagia. La infección habitualmente se inicia en los
tejidos blandos peritiroideos. La ecografía permite diferenciar los abscesos
tanto extra como intratiroideos.
3. Quistes tiroideos. Aunque infrecuentes,
estas lesiones pueden ser consecuencia de una hemorragia o degeneración de
una lesión hiperplásica. La presencia de múltiples quistes en la ecografía
debe hacernos sospechar la presencia de un tiroides multinodular.
4. Quistes timicos. Al igual que ocurria con
la glándula tiroides, el timo completa la migración hacia el mediastino
superior a través del conducto timofaríngeo, que involuciona en la 7ª-8ª
semana de gestación. La persistencia de restos de este conducto se
manifiesta como lesiones quísticas que pueden mantener alguna conexión con
el timo localizado en mediastino.
Región submandibular. A este nivel se
pueden identificar abscesos, quistes de segundo arco braquial, ránula
complicada, nódulos metastásicos de tipo linfático.
1. Abscesos. Generalmente son secundarios a
una adenopatía que se hace supurativa, una infección de una glándula
salivar, un absceso de origen dentario o una osteomielitis. El examen
ecográfico permite además de identificar la lesión, comprobar el compromiso
carotídeo o la existencia de una trombosis venosa.
2. Quistes de segundo arco braquial.
Típicamente estas lesiones se presentan como una lesión quística en el
ángulo de la mandibula, localizadas de forma superficial sobre la arteria
carótida común y vena yugular interna, posterior a la glándula submandibular
y entre los márgenes medio y anterior del músculo esternocleidomastoideo.
Región parotídea. Podemos localizar a
este nivel masas extraglandulares derivadas del primer arco braquial, masas
intraglandulares como el tumor de Warthin, quistes adquiridos de la glándula
parotídea y lesiones vasculares del tipo de aneurismas y malformaciones
arteriovenosas.
1. Quistes de primer arco braquial. Se pueden
asociar con lesiones del hueso temporal. La ecografia nos puede mostrar una
lesión quística heterogénea por las sucesivas sobreinfecciones. La clave
para su diagnóstico esta en su localización en las proximidades de la
glándula parótida.
2. Tumor de Warthin. Es un tumor benigno de
la glándula parótida que comprende el 6-10% de los tumores parotideos. Se
trata de una lesión bien circunscrita en el interior de la parótida con ecos
heterogeneos que indican la presencia de múltiples septos.
Masas quísticas en la cadena cervical.
Se incluyen los metastásis linfáticas nódulo-quísticas, las malformaciones
venosas y los abscesos.
1. Metástasis linfáticas nódulo-quisticas.
Las metastasis en la cadena linfática suelen ser resultado de carcinoma de
células escamosas en cabeza y cuello, carcinoma papilar de tiroides. La
ecografía suele distinguir una lesión hipoecoica con un componente sólido de
localización excéntrica.
2. Malformaciones vasculares. El 15% de las
malformaciones venosas ocurren en cabeza y cuello; de forma mas frecuente a
nivel del músculo masetero.
Triángulo posterior. A este nivel se
pueden diagnosticar linfangiomas, malformaciones vasculares venosas y
linfadenitis tuberculosa.
Dr. José Uberos Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario