martes, 2 de mayo de 2017

Síndrome de Lemierre, necrobacilosis o sepsis postangina.

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 28 de Septiembre de 2005)

   El síndrome de Lemierre o necrobacilosis es un infrecuente y grave proceso, que con una incidencia de 0.8 casos por millón y año, esta sufriendo en los últimos años un progresivo incremento. Entre las razones de este incremento se citan el aumento de cepas de F. necrophorum productoras de betalactamasas. M. Duong and Jodi Wenger. Lemierre Syndrome. Pediatric Emergency Care 21 (9):589-593, 2005, realiza una revisión de esta patología, apropósito de la presentación de un caso clínico en un adolescente de 17 años.
Debe su nombre al médico francés Lemierre, quien relaciona en 1936 la existencia de faringitis o abscesos periamigdalinos con el desarrollo de sepsis por anaerobios. Se caracteriza por una faringitis que se sigue de una sepsis por fusobacterium, trombosis de la vena yugular interna y abscesos metastásicos. A diferencia de las sepsis por gram negativos que suelen ser mas frecuentes en pacientes con enfermedades crónicas, el síndrome de Lemierre afecta habitualmente a adolescentes previamente sanos.

Fusobacterium  necrophorum es el microorganismo habitualmente aislado, se trata de un bacilo gram negativo, anaerobio estricto, no móvil, no formador de esporas. El desarrollo de necrobacilosis es multifactorial, F. necrophorum es un comensal de la orofaringe, se supone que su penetración a través de las mucosas faríngeas requiere su lesión por infecciones previas de tipo viral o bacterianas. 
   El diagnóstico inicial es clínico. El dolor y la tumefacción del cuello pueden ser acusados. La constatación de la historia de un proceso faringoamigdalar previo puede ser de ayuda. Los cultivos microbiológicos requieren cultivo en medios de cultivo anaerobios, que no se realizan habitualmente. En el momento de presentación la faringitis puede ya no ser evidente, las manifestaciones de tromboflebitis de la vena yugular interna, las manifestaciones de sepsis con coagulopatia, artritis séptica pueden ser las manifestaciones iniciales de la enfermedad. La ecografía o el TAC es de ayuda en la identificación de las lesiones vasculares del cuello.
En su tratamiento se recomiendan el metronidazol y la piperazilina tazobactam. En los pacientes que inician una respuesta favorable al tratamiento antibiótico la anticoagulación es obligada, el tratamiento quirúrgico suele ser necesario en menos del 8% de los pacientes.
    Dr. José Uberos Fernández

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